A diferencia de los indígenas norteamericanos, los colonos de América del Norte pensaron que podían reclamar las tierras y quedarse con ellas para convertirlas en propiedad privada. Los indígenas norteamericanos consideraban las tierras como un regalo compartido que todos podían usar y proteger. De cualquier forma, ambos grupos necesitaban las tierras para sobrevivir.
El gobierno estadounidense y los colonos se enfrentaron a los indígenas norteamericanos por causa de las tierras una y otra vez. Y en casi todas las ocasiones, los indígenas norteamericanos perdieron el control sobre las tierras en las vivieron por cientos de años.