Además de mantener el fuego de la casa encendido, muchas mujeres hicieron otros trabajos para ayudar en el esfuerzo de la guerra.
Algunas coleccionaban candelabros, teteras y platos de metal. Estos se fundían y luego se convertían en balas y en balas de cañón. Había grupos de mujeres que se hacían llamar Hijas de la Libertad y se reunían para tejer calcetines, tejer telas o coser camisas para los soldados.