Imagina el tiempo antes de las ciudades, los ferrocarriles, las carreteras y los automóviles.
Éranse una vez las vastas praderas de las Grandes Llanuras de Estados Unidos, las cuales se extendían miles de millas sin que nada las perturbara, excepto las pezuñas de los búfalos, ciervos, antílopes y alces. Hace miles de años, unos pequeños grupos de cazadores llegaron a las Grandes Llanuras. Con el tiempo, ese número creció. Los grupos diferentes se desarrollaron en naciones diferentes con idiomas diferentes. Sin embargo, todavía caminaban por las llanuras, cazando con arcos, flechas y lanzas y viviendo en tipis. Honraban a los espíritus que los guiaban y protegían. Criaban a sus hijos para que hicieran lo mismo. Estos son los indígenas de las llanuras.
Con el tiempo, los indígenas de las llanuras se establecieron en una de dos formas de vida. Eran nómadas o sedentarios. Los grupos nómadas trasladaron sus campamentos para seguir las manadas de búfalos. Los grupos sedentarios se establecieron en las aldeas, especialmente en la franja oriental de las llanuras. Aprendieron agricultura de sus vecinos del este. No obstante, también hacían viajes cortos para cazar búfalos. Estos enormes y peludos herbívoros proporcionaban a los indígenas de las llanuras todo lo que necesitaban para sobrevivir.