Los rusos fueron los primeros extranjeros en informar que habían llegado al área de la costa noroeste. Llegaron allí en 1741. Tres años después, los barcos españoles navegaron por la costa del Pacífico desde México y se encontraron con el pueblo haida.
En 1778, Gran Bretaña envió al capitán James Cook a reclamar el área. Rusia y Gran Bretaña estaban principalmente interesadas en comerciar con piel de nutria marina. Finalmente, los comerciantes rusos, británicos y estadounidenses compitieron por el comercio de pieles. La gente de la costa noroeste eran comerciantes inteligentes. Estaban felices de cambiar pieles por armas, hierro, azúcar, mantas, harina y velas para sus canoas. No obstante, el contacto con los recién llegados trajo el desastre.