La nueva Constitución se envió a los estados y se esperaba que cada estado convocara una convención en donde los delegados votarían para ratificar o no ratificar. Así fue como el verdadero debate dio inicio.
Los que apoyaron la Constitución fueron llamados federalistas. Ellos pensaban que al país le iría mejor con un gobierno central más fuerte.
A los que se oponían a esta idea se les llamaba antifederalistas. Había muchas razones por las que la gente estaba en contra de la Constitución. Unos pensaron que a un gobierno central no le importarían los problemas locales. Otros dijeron que abrumaría a los estados y quitarían los derechos de las personas. Algunos temían que el gobierno fuera tomado por “los pocos y los grandes”, como dijo un delegado. Otros dijeron que el presidente tendría demasiado poder. Otros tantos dijeron que las cláusulas de esclavitud eran inmorales. Sin embargo, el argumento más fuerte contra el documento fue que no establecía los derechos de las personas.