A principios del siglo XV, Portugal era un país pobre y pequeño. Pero un príncipe soñaba con que su país fuera líder en descubrimientos.
Enrique el Navegante era el tercer hijo del rey Juan I de Portugal. Alrededor de 1419, el príncipe Enrique trasladó su corte a la Punta de Sagres, cerca del extremo suroeste de Europa. En Sagres, el príncipe Enrique reunió a los mejores cartógrafos, constructores navales y marineros de aquel momento. Sus constructores navales adaptaron la carabela para la exploración. Sus marineros estaban bien capacitados. Tenían los instrumentos más modernos de la navegación, como los astrolabios y las brújulas. Gracias a todo este talento, las expediciones de Enrique pudieron explorar la costa atlántica de África. Mucho después de la muerte de Enrique, Portugal seguía siendo líder en viajes de exploración.