Siguiendo el ejemplo de España, otros países europeos comenzaron a reclamar tierras en las Américas.
En 1534, Jacques Cartier exploró el río Saint Lawrence. Reclamó tierras para Francia en lo que hoy es Canadá. Cartier fue uno de los primeros europeos que comercializó pieles con los indígenas. Existía una gran demanda de pieles en Europa. La piel de castor, con la que
se podían hacer sombreros impermeables, era particularmente valiosa.
Los franceses se convirtieron en los primeros líderes en el comercio de pieles en Norteamérica. Para ser exitosos en este sector, los franceses tenían que ser amigables con los indígenas, quienes cazaban los animales. Bajo el mando de Samuel de Champlain, los franceses formaron alianzas con el pueblo hurón (o wyandot), los algonquinos y otros grupos indígenas.